Hace unos días, el gobierno de Valle de Bravo dio a conocer el lanzamiento de la campaña Valle me encanta, con el objetivo de promover algunas de las actividades turísticas más distintivas de este municipio como son las regatas, las competencias deportivas, así como el turismo de naturaleza. Ello con la finalidad de dar un impulso a la economía local que ha sido golpeada, como casi todo el país, por la pandemia global de COVID-19.

Desde el Observatorio Ciudadano de la Sub-cuenca Valle de Bravo-Amanalco (OCBVA), saludamos las iniciativas que tengan como objetivo mejorar las condiciones de vida de las personas que viven y trabajan en este municipio. Sin embargo, insistimos en que el desarrollo de esta región debe ir indisolublemente de la mano con una visión de sustentabilidad, que mantenga un equilibrio entre el impulso a la economía y la protección del medio ambiente.

La problemática socioambiental en la Subcuenca de Valle de Bravo se ha ido incrementando al paso de los años. Por un lado, se resienten en la región, al igual que en casi todo el planeta, los efectos del cambio climático que este año se evidenciaron en el alarmante descenso de los niveles de agua de la presa por la disminución de lluvias. Estos problemas se agudizan por la acción o inacción de las personas; y en el caso que comentamos, la sequía de la presa no tiene que ver únicamente con las modificaciones en los patrones de lluvia y el aumento de la temperatura. También está relacionada con la falta de mantenimiento, así como con los acelerados cambios de uso de suelo forestal urbano y agrícola. La problemática del agua en la zona se ha agravado también debido a la contaminación de los cuerpos de agua y de los acuíferos subterráneos.

De igual forma, a la cuenta del mayor número de incendios ocurridos en varios países del mundo se suman los que han tenido lugar en nuestro municipio. Sin embargo, no podemos pasar de largo que estos incendios en muchas zonas de Valle de Bravo han sido provocados por la acción del hombre, en un intento por empujar cambios de usos de suelo y construir de forma irregular, desarrollos inmobiliarios en las zonas impactadas.

Las campañas de reactivación turística y económica no tendrán ningún éxito si no atendemos temas urgentes y prioritarios como los mencionados. Actividades icónicas de Valle de Bravo como las regatas corren el riesgo de desaparecer si no se resuelve el tema de la sequía del lago. Más grave aún será el desabasto de agua que esto representa para la región, incluido el Valle de Toluca y la Ciudad de México.

Desde el OCBVA, hacemos un llamado para que las autoridades locales atiendan este tema como una prioridad y solicitar la atención inmediata de otros niveles de gobierno, así como del poder legislativo.